Según Valeska Sigren (2003), la música reduce estados de tensión, estimula la imaginación, aflora las emociones, etc devolviendo el equilibrio físico o psíquico.
Pero, ¿Cómo influye la música en el desarrollo de un niño sordo?
El niño que presenta una sordera severa es capaz de percibir información rítmica pero no información melódica aunque no debemos olvidar que las vibraciones de los instrumentos musicales son mucho más fuerte que las voces humanas, por lo que hay una mayor facilidad que el niño la adquiera antes que la voz humana.
No obstante, como afirman Álvarez Millán, Mollá Piney y Estébanez Fraile (2009), el niño sordo tiene mayor sensibilidad en una parte de su cuerpo que le permite sentir las vibraciones de la música y aunque no pueda sentirlas a través del oído, puede hacerlo a través de otros sentidos.
Por ejemplo, a través del tacto con las yemas de los dedos puede sentir las vibraciones de un espectáculo musical y a través del ojos también pueden desarrollarse con programas de ordenadores que permiten la visualización de parámetros del habla que además, podrá memorizar para ser representada posteriormente de una manera diferente a los niños/as oyentes pero reconocibles por el cerebro.
Por último, cabe destacar que la música es indispensable en el desarrollo del niño ya que contiene numerosos beneficios siendo capaces de liberarnos, tranquilizarnos y cambiar nuestro estado de ánimo.
Referencias bibliográficas:
- Sigren, V. (2003). Musicoterapia y el niño sordo. Revista Médica Clínica Las Condes, Santiago, Chile, 14(1).
- Millán, D. Á., Piney, C. M., & Fraile, N. E. (2009). La sordera y la Educación Musical. Trabajo de investigación.
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